Todas las empresas son vulnerables a ataques de los competidores. Los ataques vienen de dos tipos de competidores —los nuevos incursionistas al
sector industrial y los competidores ya establecidos que buscan
reposicionarse—. Usaré el término "retador" para describir cualquier
tipo. Una estrategia ofensiva, bien implementada, constituye la mejor defensa
única contra el ataque por parte de un retador. Una empresa que invierte
continuamente para lograr la ventaja competitiva mejorando su posición
relativa de costo y diferenciación será difícil de retar con éxito. Aun con una
estrategia ofensiva vigorosa, sin embargo, queda un importante papel para la
estrategia defensiva. Una empresa puede hacer más difícil para los retadores el
atacarla a través de la manera en que escoja competir.
La estrategia defensiva trata de bajar la probabilidad de ataque, divertir los ataques hacia avenidas menos amenazadoras, o disminuir su intensidad. En lugar de aumentar la ventaja competitiva en sí, la estrategia defensiva hace la ventaja competitiva de la empresa más sostenible. Casi todas las estrategias defensivas efectivas requieren de inversión —una empresa se olvida de una utilidad a corto plazo para aumentar la sostenibilidad—. Las estrategias competitivas más exitosas combinan componentes ofensivos y defensivos.
La estrategia defensiva descansa en la influencia en el proceso de la toma de decisiones de los competidores, para hacer el ataque sobre la posición de la empresa menos deseable desde el punto de vista del retador. Esto se hace reduciendo la inducción de un competidor a retar a la empresa, o aumentando barreras de entrada y movilidad para hacer el reto más difícil. Ya que el ataque por cualquier retador cambia de carácter con el tiempo, los pasos defensivos apropiados cambiarán con las diferentes etapas del proceso. Describiré cómo debería evolucionar la estrategia defensiva, y el rango de tácticas defensivas que puede emplear una empresa, así como algunas de sus características importantes. Luego mostraré cómo una empresa puede identificar las tácticas defensivas más efectivas en un sector industrial en particular. Estas consideraciones se sacan para mostrar cómo las empresas pueden formular una estrategia defensiva general. Finalmente, describiré las circunstancias en las que una empresa debe considerar desinvertir en un sector industrial en lugar de invertir fuertemente en la defensa.
El proceso de entrada o reposición
La estrategia defensiva descansa en una aguda comprensión de cómo el retador considera a la empresa y en la utilidad percibida de las diferentes opciones del retador para mejorar su posición. La formulación de la estrategia defensiva debe empezar por reconocer que un ataque por un competidor nuevo o establecido es una secuencia basada en el tiempo de decisiones y acciones. La estrategia defensiva apropiada debe estar formulada en el contexto del asalto completo, y no sólo en un movimiento. Los modos apropiados de defensa cambiarán en diferentes etapas debido a los diferentes niveles del retador en cuanto a compromiso e inversión según prosiga el proceso.
Tácticas defensivas
La estrategia defensiva trata de influir en el cálculo del retador sobre el retorno esperado de la entrada o reposición, ocasionando que el retador concluya que el movimiento no es atractivo o que opte por una estrategia que sea menos amenazadora. Para hacer esto, el defensor invierte en tácticas defensivas. Las tácticas más defensivas son costosas y reducen la utilidad a corto plazo para aumentar la sostenibilidad a largo plazo de la posición de la empresa. Sin embargo, la mayoría de las empresas no pueden eliminar la amenaza de ataque completamente, excepto a costos prohibitivos. Por tanto, un defensor debe invertir para reducir la amenaza de ataque a un nivel aceptable, balanceando el riesgo de ataque contra el costo de defensa.
La estrategia defensiva trata de bajar la probabilidad de ataque, divertir los ataques hacia avenidas menos amenazadoras, o disminuir su intensidad. En lugar de aumentar la ventaja competitiva en sí, la estrategia defensiva hace la ventaja competitiva de la empresa más sostenible. Casi todas las estrategias defensivas efectivas requieren de inversión —una empresa se olvida de una utilidad a corto plazo para aumentar la sostenibilidad—. Las estrategias competitivas más exitosas combinan componentes ofensivos y defensivos.
La estrategia defensiva descansa en la influencia en el proceso de la toma de decisiones de los competidores, para hacer el ataque sobre la posición de la empresa menos deseable desde el punto de vista del retador. Esto se hace reduciendo la inducción de un competidor a retar a la empresa, o aumentando barreras de entrada y movilidad para hacer el reto más difícil. Ya que el ataque por cualquier retador cambia de carácter con el tiempo, los pasos defensivos apropiados cambiarán con las diferentes etapas del proceso. Describiré cómo debería evolucionar la estrategia defensiva, y el rango de tácticas defensivas que puede emplear una empresa, así como algunas de sus características importantes. Luego mostraré cómo una empresa puede identificar las tácticas defensivas más efectivas en un sector industrial en particular. Estas consideraciones se sacan para mostrar cómo las empresas pueden formular una estrategia defensiva general. Finalmente, describiré las circunstancias en las que una empresa debe considerar desinvertir en un sector industrial en lugar de invertir fuertemente en la defensa.
El proceso de entrada o reposición
La estrategia defensiva descansa en una aguda comprensión de cómo el retador considera a la empresa y en la utilidad percibida de las diferentes opciones del retador para mejorar su posición. La formulación de la estrategia defensiva debe empezar por reconocer que un ataque por un competidor nuevo o establecido es una secuencia basada en el tiempo de decisiones y acciones. La estrategia defensiva apropiada debe estar formulada en el contexto del asalto completo, y no sólo en un movimiento. Los modos apropiados de defensa cambiarán en diferentes etapas debido a los diferentes niveles del retador en cuanto a compromiso e inversión según prosiga el proceso.
Tácticas defensivas
La estrategia defensiva trata de influir en el cálculo del retador sobre el retorno esperado de la entrada o reposición, ocasionando que el retador concluya que el movimiento no es atractivo o que opte por una estrategia que sea menos amenazadora. Para hacer esto, el defensor invierte en tácticas defensivas. Las tácticas más defensivas son costosas y reducen la utilidad a corto plazo para aumentar la sostenibilidad a largo plazo de la posición de la empresa. Sin embargo, la mayoría de las empresas no pueden eliminar la amenaza de ataque completamente, excepto a costos prohibitivos. Por tanto, un defensor debe invertir para reducir la amenaza de ataque a un nivel aceptable, balanceando el riesgo de ataque contra el costo de defensa.